lunes, 17 de septiembre de 2018

¿QUÉ TIENEN LOS POBRES EN LA CABEZA?
Debo aclarar que el compañero Claudio Soto fue el primero quién me hizo llegar este video y me resulta super interesante para que, quizás todos, entendamos un poco ¿Qué tienen los pobres en la cabeza?

4 comentarios:

  1. Muy buena mañana grupo. Sin duda no hay mejor "versión" de la pobreza que quién la cuente de "primera mano". Tenemos tan arraigada la fragmentación en nuestro discurso diario, que en muchas ocasiones leemos diferentes materiales de cátedra, hacemos los resúmenes, damos los exámenes correspondientes pero la matriz binaria civilización o barbarie sigue presente... Hablamos en "binario" cuando sustentamos la casuística que oculta la estadística, hablamos en "binario" cuando sustentamos argumentos en términos de "bueno o malo", sustentamos lo "binario" cuando "tiramos la toalla" con estudiantes que en apariencia "no quieren hacer nada"...

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  2. Maravilloso testimonio!!!! Comparto algo que leí en su momento de Norbert Elías. Que reivindica a las emociones como constitutivas del entramado de los vínculos sociales y habla del papel atribuido a la humillación como instrumento al servicio de la internalización de un orden social preestablecido para un sujeto. Un orden social en tanto práctica colectiva en la relación humillador-humillado que no responde a cualidades personales sino a una lógica de poder que atraviesa las instituciones escolares y que condicen con las formas de reproducción social hegemónicas de dominador-dominado y configura en los excluidos o dominados una suerte de “autoevaluación” que genera una subjetividad donde la vergüenza y la mirada del otro producen un autoenjuiciamiento de desvalorización.
    Ciertos grupos afirman y sienten su superioridad mediante una posición que les permite humillar y estigmatizar a los que se sienten inferiores en tanto dinámica de un orden social que adjudica a unos poder sobre otros.
    Los docentes producimos formas de nombramientos, producto a su vez de nuestras creencias sociales, que legitiman el orden social en el ámbito escolar, es decir, reproducimos la humillación en tanto legitimadora y reproductora de un orden desigual humillador-humillado. La escuela se convierte en la difusora de la ideología de “los talentos naturales”. Los parámetros de clasificación/normalización regulan la vida y las prácticas sociales y subjetivan. Las creencias sociales anteceden a las clasificaciones y adjetivaciones docentes y reproducen en él, en tanto autoridad simbólica, la legitimación de un orden de humillación y exclusión que es asimilado y aceptado por sus víctimas como incuestionable y real dándose la conformación de un consenso que se expresa en el sentido común.
    Pero los dominados se rebelan en sus “zapatillas”, en su “vagancia” de no trabajar los lunes, en su “disrupción” en el aula, etc. Y por eso nos atrapa la pregunta “¿qué tienen los pobres en la cabeza?” Porque no se entienden, porque hacen cosas “ilógicas”. Esa aparente no racionalidad para los dominadores no es más que rebeldía, en sus diferentes formas, ante la dominación, ante la humillación. Son sus resistencias para no naturalizar la desigualdad.

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  3. Desde el aula creo que deconstruirnos permanentemente de ese lugar de "poseedor de conocimiento" en el que solemos estar. Querer aprender. Ser generadores de preguntas, alentar en la percepción de que otra realidad es posible, favorecer el pensamiento crítico para desnaturalizar lo que parece dado, inmóvil, aquello de que "siempre fue así". Ser generosos con nuestro tiempo. Ante un contexto que funciona mediante la acumulación y el consumo aprender a descubrir el valor de la sobriedad. No perder la esperanza. No perder el contacto con la lectura de aquellos pensadores que renuevan horizontes.

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