Muy buena mañana grupo. Me sorprende gratamente encontrarme con este material disponible en el blog. Tiene muchas aristas de análisis posibles.
La educación prohibida es un documental que he trabajado extensamente con estudiantes de nivel secundario, durante varias clases, en un espacio curricular que se llamaba "Educación Practica" en la escuela donde trabajo. Este espacio se fue transformando de acuerdo a la necesidad de la institución y mutó de "manualidades" a "ESI", "Problemáticas estudiantiles" y demás yerbas.
Trabajábamos el documental con estudiantes de 2do año, 14-16 años, proponiendo una escucha atenta, relevamiento de datos para seguir pensando y terminábamos con el diseño de "La escuela del futuro", un momento en el cuál ellos se posicionaban como directores de una escuela genial, en donde lo que se jugaba podía cambiar de maneras extraordinariamente creativas. Estos cambios se reflejaban en el diseño del edificio escolar, los espacios curriculares necesarios, los docentes y sus formas.
Entre las actividades que debían realizar se hallaba un texto argumentativo que explicaba las bondades de la escuela, las capacidades del equipo docente y la maravillosa gestión que harían ellos como directores de la institución.
El trabajo de reflexión y de metacognición que realizábamos nos sumergía en "la observación y escucha profunda" de la realidad escolar, del mobiliario, de la realidad política y de como estas decisiones nos afectaban a todos...
Habiendo comentado lo anterior, me permito una pregunta que aparece en DES-ARMANDO ESCUELAS, un libro de Duschatzky y Aguirre que termina en la pag. 94 invitándonos a pensar una escuela donde el poder se juegue de otra manera...
¿Como sería estar con ellos sin contar con la "ventaja" de sacarlos del juego cuando ya no podemos lidiar con lo que se presenta?
Vemos la escuela enciclopedista, normalizadora, aburrida, memorística, repetitiva pero también me parece importante decir que la escuela es popular, gratuita, obligatoria, laica. Es un invento de la Modernidad para funcionar como aparato ideológico y disciplinador del régimen capitalista. Pero en su interior también logró generar alternativas instituyentes, promoviendo la toma de conciencia respecto de la opresión, de las formas de dominación y de la búsqueda de la liberación social. En ese sentido, la escuela sostiene el modelo capitalista, pero al mismo tiempo, puede cuestionarlo e intentar transformarlo. Parte de este sueño nos llevó a querer ser profesores, y no de cualquier manera, sino con vocación emancipatoria.
Gracias por compartir tu experiencia Maga, siempre es super enriquecedor todo aquello que tiene que ver con la praxis. Alfredo, yo creo que la mayoría de nosotros somos hijos de escuela pública positivista, donde reflexionar no era un tema importante sino repetir y sin soplar como decía un viejo programa de TV. A ver qué hacemos en la escuela con lo que tenemos y las estrategias aprendidas.
Muy buena mañana grupo. Me sorprende gratamente encontrarme con este material disponible en el blog. Tiene muchas aristas de análisis posibles.
ResponderEliminarLa educación prohibida es un documental que he trabajado extensamente con estudiantes de nivel secundario, durante varias clases, en un espacio curricular que se llamaba "Educación Practica" en la escuela donde trabajo. Este espacio se fue transformando de acuerdo a la necesidad de la institución y mutó de "manualidades" a "ESI", "Problemáticas estudiantiles" y demás yerbas.
Trabajábamos el documental con estudiantes de 2do año, 14-16 años, proponiendo una escucha atenta, relevamiento de datos para seguir pensando y terminábamos con el diseño de "La escuela del futuro", un momento en el cuál ellos se posicionaban como directores de una escuela genial, en donde lo que se jugaba podía cambiar de maneras extraordinariamente creativas. Estos cambios se reflejaban en el diseño del edificio escolar, los espacios curriculares necesarios, los docentes y sus formas.
Entre las actividades que debían realizar se hallaba un texto argumentativo que explicaba las bondades de la escuela, las capacidades del equipo docente y la maravillosa gestión que harían ellos como directores de la institución.
El trabajo de reflexión y de metacognición que realizábamos nos sumergía en "la observación y escucha profunda" de la realidad escolar, del mobiliario, de la realidad política y de como estas decisiones nos afectaban a todos...
Habiendo comentado lo anterior, me permito una pregunta que aparece en DES-ARMANDO ESCUELAS, un libro de Duschatzky y Aguirre que termina en la pag. 94 invitándonos a pensar una escuela donde el poder se juegue de otra manera...
¿Como sería estar con ellos sin contar con la "ventaja" de sacarlos del juego cuando ya no podemos lidiar con lo que se presenta?
Vemos la escuela enciclopedista, normalizadora, aburrida, memorística, repetitiva pero también me parece importante decir que la escuela es popular, gratuita, obligatoria, laica. Es un invento de la Modernidad para funcionar como aparato ideológico y disciplinador del régimen capitalista. Pero en su interior también logró generar alternativas instituyentes, promoviendo la toma de conciencia respecto de la opresión, de las formas de dominación y de la búsqueda de la liberación social. En ese sentido, la escuela sostiene el modelo capitalista, pero al mismo tiempo, puede cuestionarlo e intentar transformarlo. Parte de este sueño nos llevó a querer ser profesores, y no de cualquier manera, sino con vocación emancipatoria.
ResponderEliminarGracias por compartir tu experiencia Maga, siempre es super enriquecedor todo aquello que tiene que ver con la praxis.
ResponderEliminarAlfredo, yo creo que la mayoría de nosotros somos hijos de escuela pública positivista, donde reflexionar no era un tema importante sino repetir y sin soplar como decía un viejo programa de TV.
A ver qué hacemos en la escuela con lo que tenemos y las estrategias aprendidas.